Blake y yo no siempre estábamos juntos. Pero, para ser justos, no siempre no estábamos juntos tampoco.
Comenzó inocentemente. Éramos amigos, nada más.
Luego, hace dos años, todo cambió.
Me di cuenta de sus miradas. Se dio cuenta de la mía.
Ya no éramos solo amigos, éramos mucho más que eso.
Y así es como nos quedamos, felizmente enamorados y listos para conquistar todo lo que se interpuso en nuestro camino.
Excepto por nosotros mismos.
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